Tuesday, August 19, 2008

Patético

Odio no tener aun internet en casa, Me zurra la madre porque de mis actividades preferidas es "inspirarme" en casa y escribir.
Odio tener que estar rodeada de gente que se reune a hacer trabajos. ¿Qué no se pueden ver en su casa? Odiaría tener que hacer un trabajo en equipo con el guey de colita de caballo y camiseta celeste de mangalarga ajsutada al torso que esta a mi lado (además usa pulserita de oro).
Odio que ya no tengo ropa interior limpia. Ya usé todo. Los calzones ñoños de Snoopy y los más minúsculos que tengo. Que no los usé por ser sensual sino porque no tuve otro remedio. Eso es autenticamente patético.
Odio no poder hacer pagos por internet.
Odio pasar horas tratando de subir fotos a Facebook. ODIO.
Odio sentirme mal, porque hago sentir mal a algunas personas. Y obviamente odio hacerlo.
Odio que mi computadora agoniza.
Odio no tener imagen para ilustar tanto odio.

PERO...

Amo los comentarios en las fotos.
Amo la idea de usar por primera vez la lavadora esa enorme que me dejaron.
Amo Robot Chicken.
Amo el chai latte y hace mucho que no tomaba uno.

Pura novedad


Adiós al polvo ancestral y a los pedos de los vecinos, que afortunadamente su densidad gástrica no es tan ligera para subir hasta el décimio piso. Abur a las hojas de tamal en las escaleras y al arte conceptual en el edificio.


Hola castillo de chapultepec, Torre mayor, el exhibicionismo y una casa -aterradoramente-de adulto.

Juraba que cuando ya no viviera en Veracruz iba a extrañar terriblemente, pero tengo tanta puta suerte, que no tuve que cambiar mucho de rumbo y la nostaliga de mi vieja casa, creo que nunca llegará.

Estar tan alto y sin nadie que me vea en calzones, ha sido una revelación a mi pudor. Nunca había estado tan feliz sólo en mi ropa interior, en mi casa. Porque si alguien me viera, aunque sea por telescopio, no alcanzaría a vislumbrar mis celuliticos muslos. (Los siento, chicos admiradores de la Srta. Urrutia, no soy tan perfecta como parezco).
Lo bueno es que es una gran motivación para volver con todo al ejercicio y ser motivo vouyerista, y consumidora de calzoncitos coquetos... Iu!

Sin embargo, la nueva casa, tiene algo aterradoramente de adulto. Muy fina, muy pulida, mucha cocina, que inevitablemente me obliga a pensar: "Mija, ora sí ah chingarle pa mantener el estilazo". Pero por ahora disfruto las vacaciones, leer horas con mi espectacular vista. Foreverear muchas otras horas más viendo los techos de la manzana, tratar de descubrir qué diablos pasa en cada casa; elucubrar sobre la vida de "Chanoc" el hombre musculoso de cabellera obscura, rizada y lustrosa, que vive en la enorme casa de los patos... los chavos y los perros.

MUCHOS cambios buenos, otros que no sé para donde van pero que vengan. Frescura total.
chamba nueva, casa nueva... ¿qué más seguirá siendo nuevo?