
Ir al dentista siempre es muy estresante. los sonidos, los olores, estar con la boca abiertota, malviajada de todo los males que puedan existir dentro de ella y también malviajada por el mal olor. ¿cómo pueden los dentistas estar trabajando en las bocas horribles de la mayoría de la gente? (ok. hay cosas peores...ginecólogos, proctólogos...) enfin, me llevé mi ipod para aminorar los soniditos de cajón (esa técnica la aprendí una vez que me tuvieron que sacar todas las muelas del juicio de un jalón y una mamá que llevaba a su hijo, se compadeció de mi y me prestó el walkman de su hijo. las madres acordaron-muy decentemente- de devolverlo al día siguiente y yo pasé a mi tortura escuchando New Jersey, de Bon Jovi una y otra vez hasta que el maxilofacialterminó su trabajo. odio Bon Jovi pero en esa ocasión me hizo un gran favor )...
¡Nunca había tenido una experiencia así! Mi dentista tiene manos mágicas, manos que te anestesian, que mientras te hace efecto te pone videos de la magia de Ronaldinho, que te destapa la muela y te la vuelve a tapar...y tu escuchando música preferida.
pero no todo puede ser bello. tengo que usar frenos.