Sunday, January 16, 2011

Empapón

Photobucket

Photobucket

Photobucket

Photobucket


Me consta que está lloviendo mucho en Sao Paulo. Estas lluvias son intensas y refresacantes, pero también arrolladoras y destructivas. Mi historia no es de drama, sólo de un buen paseo en bici.
Ilusamente salí de casa contemplando la idea que la lluviecita que acababa de pasar probablemente haría esperar un poco más a la ruda del día. Shorts, libro, cámara y una bolsa gruesa de plástico (por si se suelta). Salgo con la bici, llego al parque de Aclimaçao y que no se puede andar en bici. Bueno, pues me bajo y camino.

"Bom dia", me dice el primer señor que paso. ¡A qué viejito tan coqueto!, pienso y continúo caminando. Paro para curiosear unos aparatos para hacer ejercicio para viejitos y que aparece el señor. "bla bla-gua guagua-guaguagua..." descifro que qué bonitos ojos, que si no tengo miedo de la lluvia, qué de dónde soy. "Mexicana", respondo y le doy más cuerda pá seguir, pero me salvan las primeras y pesadas gotas. El pretexto llegó, "bueno, buena tarde ya empezó a llover". Que si quiero él me da ride, pero le digo que por eso traigo la bici y... ajá-no-quiero-terminar-descuartizada por el viejito galante.

Me perderé de tener otro amigo.

En tres segundos ya no había nada seco en mi.

Andar en bici mientras llueve tiene su encanto. Pero andar en bici, mientras llueve y no tener frío, nunca me había sucedido. Las subidas no te afectan, el calor no te tortura, sólo tienes que estar más atento. La entrada de una iglesia y de una oficina de correos fueron mi techo cuando las gotas no me dejaban abrir los ojos.

Regresar a casa en una sopa fue recompensado con un buen baño y una rebanada de pizza de quesos. Ah, no; ¡fueron dos! GOR-DI-TA.

No comments: