Escape

después de muchos años en los huesos y de otros tantos más siendo el anfitrión del museo de historia natural de la ciudad de nueva york, el dinosaurio decidió que tenía que poner un hasta aquí a esta parálisis. estaba harto de los grupo de turistas que se tomaban fotos. la mayoría respetuosamente, pero nunca faltaba el que quisiera abusar de su estática pose. También soñaba con poder ir a dar un paseo al parque, estaba tan sólo cruzando la calle, pero las puertas eran demasiado pequeñas. Un día unos niños le acosejaron que por qué no se saltaba por la ventana, a ellos les había funcionada varias veces. "No se me había ocurrido", contestó el prehistórico esqueleto. La luz rebentaba por aquella ventanita como la emoción en sus huesos. Ya estaba decidido.
Pero cuando intentó moverse, se dio cuenta que era la artritis la que no lo dejaba moverse.