Mientras terminaba mis labores domésticas atrasadas, sonó el celular y me llamaba mi primo Salvador. ¿Por qué me llamará? Nunca imaginé que iba a ser para felicitarme por mi texto en Milenio. Ahhhhhh...qué gusto es recibir buenos comentarios de los escritos, sobretodo si son personales. Me dijo que compró tres revistas...qué bonita sorpresa. Ahora continuaré doblando mi ropa con más gusto...y en unos momentos me prepararé para irme a chingar unos tequilas o cubas al covadonga.
cambio y fuera. enough for today.
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